sábado, 28 de noviembre de 2015

El País se une a la campaña de invisibilizar a la izquierda

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EL PAÍS SE UNE A LA CAMPAÑA DE INVISIBILIZAR A LA IZQUIERDA

El diario global El País ha decidido realizar un debate político a cuatro, excluyendo al resto de formaciones que se presentarán en las siguientes elecciones, incluso con grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados como Izquierda Unida y UPyD, amén de otras muchas formaciones a la izquierda que siempre han sido borradas por “arte de magia” en los medios de comunicación. Si un historiador del futuro tuviera que fijarse en los grandes medios de comunicación podría creer que en España solo hay cuatro partidos y que han parcelado en cuartas partes la ideología de los pueblos del estado, nada más lejos de la realidad en un periodo confuso con una izquierda debilitada por su desunión pero no por su desaparición, que se enfrenta a partidos capitalistas fuertes, financiados a todo tren y que abogan por un recambio de modelo en una segunda transición que ya se ve venir y que va a maquillar esta democracia que protege las desigualdades, los desahucios, las clases sociales, la permanencia en instrumentos imperialistas como la OTAN, la privatización de la sanidad, la educación, la desprotección de derechos de los trabajadores y parados, la sumisión del Antiguo Régimen a la familia Borbón que se instalaron a sangre y fuego en España para tener la corona o la escasa participación ciudadana de forma democrática en la toma de decisiones del estado, en las antípodas de esto último, tenemos una democracia representativa que tiene un cheque en blanco para el que gane las elecciones siempre que no se olvide de proteger y cuidar los pilares económicos que se lucran del trabajo precario de los más necesitados. Denunciar en prime time todas estas cuestiones y tantas otras de marcada preocupación por la clase obrera va en contra del propio modelo de sociedad que tiene El País, por ello no es casual que sus directivos excluyan del debate formaciones como Unidad Popular – Izquierda Unida, el PCPE, partidos territoriales y formaciones comprometidas con la necesidad histórica de la emancipación trabajadora en sus relaciones de producción.
No obstante, esta burda manipulación de debate controlado, que se emitirá el 30 de noviembre no contará con Mariano Rajoy, dejando “el atril vacío” como critican desde el periódico, contando solo con Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Es el mismo hueco que dejan sin llenar injustamente para con la izquierda en una auténtica ofensiva de su debilitamiento, menosprecio o invisibilidad ante las masas.
Estos debates (incluidos los del duopolio televisivo de Mediaset o Atresmedia) tienen más audiencia que cualquier sesión de parlamento, el cual tiene tímidos pero no necesarios instrumentos para hacerse llegar a los ciudadanos como podría ser de forma mucho más notoria a través de la televisión, redes sociales y un trabajo profesional, democrático y actualizado, una labor pedagógica que no encabeza el estado y que aleja al pueblo de la cámara baja entre otras grandes culpas de este mal. La gente de la calle no sabe lo que ocurre en el Congreso y tampoco hay una decisiva labor del gobierno de informar o hacer llegar lo que pasa dentro. De esta forma también se impiden ver las numerosas ausencias en debates importantes o la actitud de los diputados cuando asisten con discursos vagos, jugando al móvil o distrayéndose con cualquier cosa antes que de preocuparse por la situación de los que viven fuera de esa pompa imaginaria del poder que representa el Congreso con su decoración de lujo y las formalidades protocolarias de turno.
Es por ello de lo que se alimentan tantas tertulias que viven del espacio que no cubre el estado de análisis político, un negocio más que ahonda la desinformación.
¿Qué esto de la marginación de la izquierda no es nada nuevo? Siendo reales, no; solo hace falta ver el monopolio bipartidista que ha sufrido España con el PSOE y el PP. ¿Qué hace falta seguir denunciando estas actitudes abusivas de los grandes medios de comunicación que esconden a sus televidentes/lectores otras opciones de política que no sean capitalismo A contra capitalismo B? Pues creo que también, aunque resulte obvio.


El lunes 30 de noviembre no será ni el primero ni el último debate importante antes de las elecciones del 20 de diciembre que sean manipuladas para reducir las opciones de voto a las que más interesan al poder. No son estúpidos ni es azar, trabajan para la clase pudiente de las grandes empresas, la banca internacional y las fortunas más altas, dejar hablar a la izquierda es un riesgo innecesario en un país acostumbrado a tragar con todo y no les merece la pena aparentar ser más democráticos invitando a más de cuatro personalidades partidistas, aunque falte uno y sean tres ¿para qué? En nuestro país ya nadie se escandaliza por estas cosas y los medios grandes están acostumbrados a servir en una terrible espiral de la ideología del esclavo.
No queda otra que formarnos de forma ajena a “lo que nos echen”, leernos bien los programas electorales, dedicarlos una tarde, comprometernos con nuestro derecho de votar por el que han muerto tantas personas en nuestro siglo vecino para no permitir que ganen los de siempre, además de buscar información hasta de debajo de las piedras en libros, redes sociales o prensa alternativa para conocer la cara B de lo que nos muestran los grandes medios.
Ya ni se esconden en tapar a la izquierda para que no se vea en ningún lado, estos debates manipulados ayudarán a reforzar las posiciones capitalistas en el electorado de los partidos y la mentalidad colectiva del pensamiento único con debates recargados en superficialidades pero no de trasfondo.
Solo queda luchar hasta esperar a una embestida del régimen y su recambio para poder reorganizar la izquierda y reflexionar sobre lo que ha ocurrido este año con las calles cada vez más vacías y “jugando” unas elecciones en el terreno favorable a la derecha: en el marco de los atentados de París, lo que fomenta posiciones conservadoras o de extrema derecha con el racismo y con el miedo que solo puede curar un estado policial restringiendo libertades, además de la independencia catalana que aviva el nacionalismo español que es usado de teatro tanto por la burguesía catalana como la española, usando las banderas para no hablar de las miserias del pueblo que las sostiene.
Las maniobras mediáticas para restringir debates plurales beneficiarán este telón de fondo que es parte de una comedia-trágica representada por distinguidos actores a los que ya se les caerá la careta tras las elecciones y podremos comprobar quién interpretaba cada papel y al servicio de quién. El problema es que ningún deus ex machina va a salir del escenario a modo de grúa a salvar a la clase trabajadora por intervención divina, y lo más triste es que esto ni siquiera se va a considerar un spoiler de lo que va a ocurrir.


fuente: http://katarazan.com/el-pais-se-une-a-la-campana-de-invisibilizar-a-la-izquierda/

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